Ronquido apneas e insomnio
Dormir es salud
Ronquido apneas e insomnio una combinación fatal.
Sueño y salud son un binomio inseparable. No se vive saludablemente si se duerme mal o de manera insuficiente. Lo evidencian estudios que vinculan ictus, embolias, arritmias o cáncer con apneas, insomnio u otros trastornos del sueño. Y lo demuestran, también, accidentes de tráfico y laborales. Quien no recarga las pilas de su organismo durmiendo bien y lo suficiente, aumenta el riesgo de contraer enfermedades.
Primar el sueño, con la misma importancia que una alimentación equilibrada y ejercicio físico es garantizarle al organismo los tres pilares de la salud.
Dormir poco y mal afecta a la salud
Un ejemplo es que la falta de sueño o el mal sueño, afecta al apetito –propicia la obesidad–, a la vida sexual, al humor, a las relaciones sociales, al cansancio y por tanto al rendimiento escolar o laboral, es decir afecta a las capacidades mentales y físicas, todo sin excepción.
Dormir poco o mal afecta al apetito, a la vida sexual, al humor, a las relaciones sociales y al rendimiento escolar y laboral.
Porque los problemas del sueño pueden ser síntoma de multitud de factores, desde un proceso de duelo, la desviación del tabique nasal o la acumulación de grasa en el cuello, en casos de obesidad. También pueden causarlos la disfunción de un órgano, el estrés y la ansiedad, o malos hábitos como privarse del sueño para realizar otras actividades en lugar de dormir, tratando de recuperar más adelante las horas de sueño no concebidas o, simplemente, cenar demasiado o utilizar pantallas digitales justo antes de irse a dormir. Múltiples casuísticas y un desafío común que pone en riesgo la salud, propiciando el desarrollo de enfermedades.
Enfermedades propias del sueño
Ronquido apneas e insomnio son las enfermedades del sueño más comunes. Les siguen otras patologías como el síndrome de piernas inquietas, los comportamientos anómalos durante el sueño y la narcolepsia.
El insomnio es muy prevalente
De todos los trastornos del sueño, el insomnio es el más prevalente. Se calcula que afecta al 25% de la población (una de cada cuatro personas). Y en un 10% de casos puede ser incluso grave, pues provoca mala calidad de vida y muchas veces es un factor de enfermedades como la depresión.
Por insomnio se entiende como la incapacidad de dormirse o mantener el sueño adecuado -7/8 h- que provoca mala calidad de vida, a pesar de un tratamiento con medidas generales y consejos, de entrada, sin farmacología.
El médico de familia es el primero en evaluar los problemas del sueño y deriva a las unidades de sueño los casos en los que, pese a un óptimo tratamiento incluso farmacológico, las dificultades para conciliar bien el sueño o para mantener las horas de sueño de calidad adecuadas persiste el insomnio.
¿Que es una unidad del sueño?
En las unidades especializadas en trastornos del sueño se estudian todas las posibles causas que impiden dormir (como el ronquido apneas e insomnio), y dormir bien. Desde los aspectos psicopatológicos, depresión u otras enfermedades, hasta los hábitos que puedan estar causando el insomnio. Pero la multipatología que puede conllevar la falta de sueño o el mal sueño hace que el problema se puede tratar desde la medicina primaria, hasta cualquiera de las muchas subespecialidades médicas que se ocuparían de detectar y resolver las posibles causas.
El ronquido y la apnea del sueño asocian insomnio.
La apnea –interrupción de la respiración– es el otro trastorno del sueño más frecuente (ver apnea del sueño). Se suele vincular al ronquido. De toda la gente que ronca –un 40% de la población– más o menos el 20% hace apneas del sueño.
El 30% de los pacientes que tienen apneas del sueño asocian insomnio como síntoma principal, y no la somnolencia como normalmente se suele asociar.
El ronquido y la apnea del sueño se asocia a obesidad en algunos casos.
La obesidad es una de las causas de apnea. Una vez aplicadas medidas de corrección, como pérdida de peso, ejercicio físico, hábitos de higiene del sueño, con detalles como el dormir de costado. Si los síntomas secundarios –cansancio, falta de atención, insomnio o somnolencia diurna– no desaparecen o disminuyen, puede estar indicado el tratamiento durante la noche con una mascarilla nasal (CPAP).
La obesidad suele asociarse a las apneas nocturnas y también al insomnio de fragmentación –despertarse durante la noche–, a atracones nocturnos, y al recurso de la comida para paliar estados emocionales negativos. Psiquiatras y psicólogos intervienen en todos esos casos en los que el ritmo del sueño se rompe. También en caso de insomnio, pues los estados depresivos y de ansiedad son los mayores responsables del insomnio y exigen tratamiento psiquiátrico y psicológico. La psicopatología suele ir asociada al aislamiento social, desorganización de hábitos e incluso a la inversión horaria del sueño».
Apneas y polisomnografía
La apnea es la suspensión temporal de la respiración (entre 10 segundos y un minuto). Hay apneas sintomáticas y otras asintomáticas. En las primeras, quien las sufre, durante el día se suele sentir muy cansado, incluso presenta somnolencia diurna. Se puede dormir en cualquier reunión, en los trayectos en transporte y en casos más graves, como al volante de un vehículo.
Hay quien se despierta tras una apnea con la sensación de asfixia, y va al médico por ello. Otros, por la molestia de los ronquidos a la pareja.
En las apneas asintomáticas, el paciente no nota nada, pero su falta de oxigenación por apneas se descubre tras haber sufrido un infarto, un ictus, una embolia o arritmias. En una hora pueden llegar a darse 30 apneas, y en una noche, de 300 a 400 apneas en total.
La polisomnografía es la prueba que registra la actividad cerebral, la respiración, el ritmo cardiaco, la actividad muscular y los niveles de oxígeno en la sangre mientras se duerme. Se puede realizar en el hospital o en casa. En función del tipo y cantidad de apneas, se adapta un dispositivo (CPAP Presión positiva continua en la línea aérea), un ventilador que insufla aire desde un aparato a través de un tubo y una mascarilla con la que el paciente duerme.
Investigación y tecnología
El dispositivo de ventilación para los pacientes que hacen apneas (CPAP), gracias a la ayuda del cual su calidad de vida mejora notablemente, fue inventado en 1982 por el médico y profesor australiano Colin Sullivan. Es una muestra de cómo la tecnología ha contribuido a hacer posible sueño de calidad para quienes no dormir bien interfería en el correcto funcionamiento de sus vidas, con el consecuente beneficio también para su salud.
En la actualidad, algunas de las principales dianas de investigación en torno a las patologías del sueño son, los efectos de las alteraciones del ciclo circadiano (cambios de ciclo del sueño, por ejemplo en trabajadores por turnos), así como los efectos de las apneas obstructivas –colapso de la vía aérea superior– y de la fragmentación del sueño (insomnio).
Hábitos de higiene del sueño
Detalles que pudieran parecer insignificantes pueden aportar mejoras sorprendentes a la hora de conciliar mejor el sueño. Es por este motivo que las medidas de higiene del sueño se deberían conocer (pincha aquí)
Disminuir la luz –a medida que la luz del día baja, el cuerpo genera melatonina– y los volúmenes de sonido al aproximarse la hora de ir a dormir son algunos de ellos.
No se recomienda realizar entreno físico a menos de dos horas antes de ir a dormir.
Aparcar los problemas es una muy buena opción para dormir bien.
Otras medidas a tener en cuenta como beneficio para una correcta conciliación del sueño es no cenar de manera abundante, no ingerir bebidas o alimentos excitantes (café, té, chocolate, alcohol…) durante la tarde.
Si se hace siesta, que esta no supere los 20 minutos.
Se recomienda mantener un horario regular del sueño, acostándose y despertándose a la misma hora en la medida de lo posible.
Bibliografía.
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